La cirugía dental es una especialidad odontológica que engloba la prevención, el diagnóstico y el tratamiento quirúrgico de cualquier enfermedad o patología que afecta a la boca, a los maxilares y a sus tejidos duros y blandos.
El diagnóstico y el tratamiento de enfermedades y/o malformaciones bucales queda así resuelto gracias a la utilización de esta cirugía, mejorando la calidad de vida del paciente y previniendo la aparición de otros problemas de salud derivados de la enfermedad dental que pueda padecer.
La Clínica Doctor Romera está especializada en cirugía dental contando, para ello, con la ayuda de la tecnología más vanguardista y con todo un equipo de profesionales altamente cualificados para desarrollar correctamente este tipo de técnicas, tanto en tejidos blandos como en tejidos duros.
La recesión de las encías y sus causas
La recesión de las encías consiste en la pérdida del tejido blando que hay alrededor del diente. De esta manera, el diente se queda al descubierto en mayor o menor medida, ocasionando una mayor sensibilidad dental y, en los casos más graves, inestabilidad del diente a consecuencia de una afección del hueso sobre el que se sustenta.
El retraimiento de encías se origina por causas muy diversas, entre ellas están el consumo habitual de tabaco o alcohol, la presencia de enfermedades periodontales, trastornos hormonales o el simple paso de los años.
¿En qué consiste el injerto de encías?
El injerto de encías es una técnica catalogada como microcirugía que se realiza en la propia clínica dental de manera mínimamente invasiva. Para realizar un injerto de encía, previamente se administra al paciente anestesia local para que no experimente ningún tipo de dolor o molestia durante la intervención.
La técnica consiste en extraer tejido de una zona blanda de la boca del paciente, como el paladar, para colocarlo posteriormente sobre la zona afectada. De esta forma, parte de la encía es recuperada de manera sencilla, evitando a largo plazo posibles problemas derivados de la retracción. Tras la intervención, el paciente reciba puntos de sutura que ayudan a cicatrizar la herida de manera rápida y eficaz.
Proceso de recuperación tras la intervención
Una vez que la anestesia ha desaparecido de la zona afectada, el paciente puede experimentar molestias durante las primeras horas o días posteriores que irán remitiendo según avancen los días. De lo contrario, deberá acudir a la clínica para una revisión.
Llevando a cabo buenos hábitos de higiene y cumpliendo las preinscripciones médicas, al cabo de pocos días el profesional retirará los puntos de sutura y, en tan solo 15 días, se habrá regenerado la mucosa extraída.
Técnica de elevación del seno maxilar
Son numerosas las ocasiones en las que al paciente no se le puede realizar una implantación dental directamente debido al mal estado en el que se encuentra la masa ósea de la zona afectada. Es entonces cuando se empieza a considerar la técnica de elevación del seno maxilar como una posible solución que permita solventar este problema.
La elevación del seno maxilar es una técnica quirúrgica que se realiza cuando el paciente no tiene suficiente altura ósea en el maxilar superior en el que implantar, de manera adecuada, una pieza dental. Esta técnica es una de las más completas para lograr una correcta implantación dental, ya que aprovecha la existencia de dos cavidades naturales situadas a cada lado de las fosas nasales.
¿Cómo se realiza la técnica de elevación del seno maxilar?
Para realizar correctamente la técnica es imprescindible suministrar al paciente anestesia local para evitarle cualquier dolor o molestia derivada de la intervención. Una vez anestesiado, se coloca masa ósea (hueso) en la zona afectada, que puede proceder del propio paciente o bien puede ser una combinación de diferentes biomateriales que cumplan la misma función que la masa ósea.
Al realizar esta técnica, se consigue un mayor volumen de hueso que permitirá poder colocar los implantes fácilmente. Al mismo tiempo que se realiza la elevación del seno maxilar puede realizarse el implante siempre y cuando exista un mínimo de 5 milímetros de cresta ósea. Si no se cumple esta condición, es necesario que el paciente espere 5 o 6 meses antes de realizar la implantación de la pieza dental para así poder garantizar su eficacia y no resultar perjudicial para la salud bucal.
Pérdida de masa ósea y causas
La pérdida de hueso puede deberse a causas tan diversas como la presencia de un sarro excesivo en la raíz del diente, pérdida de piezas dentales, traumatismos que a largo plazo derivan en una afección al nervio, una inadecuada estimulación dentaria en algunos pacientes originada por dentaduras postizas o, en los casos más graves, presencia de enfermedades periodontales muy avanzadas.
Esta falta de masa ósea, muy común entre la población, dificulta la implantación de piezas dentales, además de constituir un grave problema para la salud a medio y largo plazo.
Por ello, la técnica del injerto de hueso es considerada una de las posibles soluciones para aumentar el volumen de la masa ósea perdida, aunque esto dependerá de la situación en la que se encuentre el paciente.
Procedimiento del injerto de hueso
La técnica del injerto de hueso es una cirugía en la que se administra anestesia local al paciente para evitarle cualquier tipo de dolor o molestia durante la intervención. Este procedimiento no tiene un tiempo fijo estipulado, ya que dependerá del estado en el que se encuentre la zona afectada, pudiendo durar desde 30 minutos a 3 horas.
Una vez anestesiado el paciente, se realiza una incisión en la zona afectada para poder añadir más tarde el material óseo, y que puede proceder de un hueso sano del propio paciente (autoinjerto) o bien ser un hueso artificial (sintético). Para fijarlo se pueden utilizar clavos, placas o tornillos. La elección de una u otra fijación dependerá del estado de la zona afectada.
Una vez realizado el injerto de hueso, el siguiente paso consiste en colocar una membrana con el objetivo de prevenir cualquier tipo de infección, así como para ayudar en la cicatrización durante los días posteriores a la intervención.
¿Cómo actuar después de la intervención?
Una vez finalizada la intervención, y tras haber aplicado los correspondientes puntos de sutura, se recomienda al paciente que ponga especial atención a la higiene bucal, manteniéndola siempre limpia, y no tocar la zona ni enjuagarse bajo ningún caso. También se recomienda evitar el consumo de alimentos que estén muy calientes, fríos o duros, ya que esto podría dañar seriamente la zona afectada.
Por último, de manera periódica, se aconseja acudir a las revisiones con el especialista, sobre todo si el paciente continúa con dolor, inflamación o sangrado, días después de la intervención, debido a que, en ocasiones, los injertos de hueso artificiales pueden ser rechazados.