Hábitos a seguir después de una ortodoncia
Cuando se realiza un tratamiento odontológico es imprescindible cumplir las indicaciones que nos da el profesional para obtener buenos resultados y evitar la aparición de problemas inesperados que afecten a la salud bucal.
En el caso de la ortodoncia, cumplir con los protocolos y recomendaciones del especialista resulta crucial para el paciente, sobre todo en lo referente a la higiene bucal y al tipo de alimentación que sigamos.
Después de habernos sometido a una ortodoncia, tenemos que ser especialmente concienzudos con la limpieza de nuestra boca y los alimentos que ingerimos.
¿Qué hábitos de higiene bucal tengo que seguir a partir de ahora?
Con relación a la limpieza, se recomienda ampliar los tiempos que, de manera natural, le dedicamos a los dientes. Para unos dientes sanos, se recomienda un cepillado que tenga una duración aproximada de 2 minutos. Sin embargo, con la presencia de ortodoncia, estos tiempos aumentan, siendo de 3 a 5 los minutos que se deben dedicar a su limpieza y cuidado.
Si tenemos brackets debemos tener mucho cuidado a la hora de limpiarlos, ya que movimientos bruscos y fuertes pueden provocar que la ortodoncia se mueva o incluso se rompa. Para ortodoncias invisibles, la forma de higiene bucal cambia ya que, en este caso, la ortodoncia es removible y únicamente tenemos que quitárnosla cuando vayamos a comer, permitiéndonos después cepillarnos los dientes con mayor facilidad y eficacia.
Para una correcta higiene bucal apóyate, además de en el cepillo y el hilo dental, en otras opciones como son los cepillos interproximales (para acceder a zonas a las que el cepillo no llega) o los irrigadores bucales (mediante agua a presión).
¿Qué puedo comer después de la ortodoncia?
Por otro lado, nuestra alimentación también sufre modificaciones después de una ortodoncia, teniéndola que adaptar a la nueva situación. Entre los alimentos que debemos evitar consumir durante el tiempo que llevemos ortodoncia están los siguientes:
- Carnes fibrosas: entre las carnes fibrosas se incluye la ternera. Estas carnes tienden a quedarse entre los dientes, sobre todo si tenemos brackets, haciendo especialmente complicado la limpieza posterior de los mismos. Podemos consumir estas carnes, minimizando el riesgo, en forma de hamburguesa o albóndigas y de manera esporádica.
- Crujientes: en este grupo se engloban alimentos como los frutos secos, las galletas, el pan tostado, las palomitas de maíz, las semillas, etc. Son perjudiciales para nuestra ortodoncia porque, al masticarlos, se desmenuzan en pequeños trozos que pueden acumularse entre los dientes, perjudicando también la limpieza posterior.
- Ácidos: los cítricos o el vinagre son alimentos ácidos que debemos consumir muy esporádicamente ya que pueden resultar perjudiciales para las yagas o irritaciones que, en ocasiones, pueden producirnos la propia ortodoncia a consecuencia del roce.
- Pegajosos: golosinas, chicles, dulces… Todos estos son productos incompatibles con la ortodoncia porque se adhieren fuertemente al diente y perjudican a la limpieza bucal. Además, estos alimentos tienen alto contenido de azúcares, causa principal de la aparición de caries.
- Picantes: al igual que ocurre con el ácido, los alimentos picantes también resultan perjudiciales para las inflamaciones o yagas que nos haya podido causar la ortodoncia, traduciéndose en dolor y malestar.
- Duros: existen alimentos como la manzana que pueden resultar muy perjudiciales para nuestra ortodoncia si los consumimos directamente mordiéndolos, ya que ésta puede quedarse enganchada en estos alimentos. Por ello, se recomienda consumirlos troceados y masticándolos directamente con las muelas, al igual que ocurre con verduras crudas como la zanahoria. Además de trocear los alimentos en trozos pequeños, también se recomienda en la medida de lo posible cocerlos para que su textura sea más blanda.
Los primeros días tras una ortodoncia son especialmente importantes y, por ello, se recomienda intensificar la limpieza y el consumo de alimentos blandos. Aunque pueda parecer que existe una gran restricción en el consumo de alimentos durante el tratamiento, lo cierto es que, con sentido común, la dieta puede ser muy ampliar y no debería cambiar en mayor medida los hábitos a los que estamos acostumbrados.
Por último, si notas cualquier tipo de molestia o dolor con la ortodoncia, ya sea fija o removible, acude a una revisión con tu especialista para comprobar que todo está bien y, en caso contrario, modificar el tratamiento según las necesidades que tengas en ese momento. Pero, bajo ningún concepto, aguantes el dolor o intentes ponerle solución tú mismo sin haber consultado previamente con tu odontólogo.